Teofanía del ser
- Pao Romero

- 22 sept
- 1 Min. de lectura
Invoco a los santos
en el silencio de mis noches,
mis rezos, como cantos,
pero son ecos de reproches.
Claman al Santísimo
por olvido y absolución,
un secreto pecado de tu cuerpo y mi pasión.
Las alabanzas no bastan,
imploran ellas el perdón
de este pecado venial
que duele como mortal.
Me hinco frente al altar,
de tu ser firme y erguido,
que mi alma ha rendido
su vocación de amar.
Detente ante mí,
teofanía ardiente,
haz temblar mis campos,
la tierra bajo mi vientre.
Que arda en pecado
mi piel bendita,
recorrida por tus labios,
y escurrida de tu fervor.




Comentarios